Casa en Sendero forma un claustro en medio y entorno a la densa selva. El proyecto se desarrolla en “Senderos Ciudad Mayacoba”, un conjunto residencial en Playa del Carmen. El conjunto, toma su nombre de la serie franjas naturales conservadas dentro del trazo; estas veredas no sólo fungen como áreas de conservación de flora endémica, sino como pasos para la fauna. Los “Senderos” son el concepto central del desarrollo y benefician a casi todos los predios con colindancias de jungla. El predio tiene dos accesos, uno desde la calle y otro desde el sendero que se encuentra relacionado a una zona de juegos infantiles. El contexto inmediato es una selva muy densa con árboles de aproximadamente 12 metros de altura. La casa se gestiona y articula enmarcando esta naturaleza, creando un escenario que permite vivir cómodamente en estrecha relación con ella.
El punto de partida en el diseño es un jardín central que conserva la vegetación originaria, un espacio del sendero que se integra a la casa. Entorno a este jardín selvático se articulan las crujías de los espacios habitables generando contenciones y umbrales. Las crujías que van de la calle al sendero son ejes que rematan con la vista y tienen un espacio interior, mientras que las crujías paralelas (puente, terraza) son espacios semi-exteriores que permiten en ambos lados la contemplación de la vegetación, una inmersión en ella.
En los ejes longitudinales al terreno se resuelve la mayor parte del programa. El acceso es un eje en sí mismo: al entrar por una incisión del volumen norte nos encontramos inmediatamente dentro de un pórtico que remata en el sendero. Al lado izquierdo, en el primer plano del pórtico, se encuentra la conexión con el área social mediante una plataforma que atraviesa el jardín. El área social en planta baja abraza la vegetación y aprovecha la frontalidad con el sendero: la cocina y el comedor miran directamente al jardín, mientras que la sala se abre en esquina a la terraza y la alberca, generando así una gran apertura al paisaje. La plataforma de la terraza-alberca se desarrolla entre el jardín selvático central y el sendero, permitiendo en este punto la experiencia más próxima con el contexto. El paso de la terraza a la alberca se da por un deck que enfatiza ese umbral interior-exterior, casa-naturaleza, y permite un tránsito lateral desde la sala hasta el eje principal de circulaciones, punto en el que el deck gira y continua hacia el acceso posterior.
En el volumen sur, en planta alta, se encuentra el family y una recámara secundaria caracterizada por su terraza contenida y con una ventana cuadrada hacia el sendero. Este es un gesto importante que veremos en otros puntos de la casa, respondiendo a su vocación de mirador multidireccional. Los servicios se resolvieron en este mismo volumen distribuyéndolos en tres niveles: bodega y alacena en el primero, lavandería en el segundo, recámara y patio de servicio en el último nivel.
El otro volumen de la casa es el de habitaciones. En planta baja se diseñó el cuarto de televisión con apertura a un patio, una recámara que también se abre a un jardín privado y tiene un baño-vestidor. El lugar de estos espacios con respecto a la casa y su relación con los accesos permiten pensar el conjunto como una habitación principal de completa accesibilidad o un bungalow con entrada independiente. En el segundo nivel del volumen se encuentra una habitación secundaria que tiene relación con el patio frontal de la casa, cuyo muro tiene una ventana cuadrada hacia la vegetación. En la parte frontal del volumen norte encontramos la recámara principal distribuida en una “L”, cuya apertura está dirigida al sendero en dos puntos: a través de la ventana del baño que da al espacio arbolado y a través de la ventana de la zona de la habitación. El vacío en la esquina de la recámara principal reitera el concepto de la casa en todos los sentidos: es un borde perimetral para la naturaleza y sus muros tienen ventanas que la enmarcan. Este espacio desde el exterior se lee como un cubo flotando atravesado por la vegetación, abierto, desde el interior, al cielo y al sendero. Además de esta forma de contemplar la selva, la recámara principal tiene su propia terraza hacia el jardín contenido por casa.
La materialidad enfatiza la intención de bordear la naturaleza y generar umbrales. Los marcos de las ventanas son anchos y se rematan con piezas del mismo mármol del piso de la casa. En el eje del pórtico se enfatiza la continuidad mediante un plafón de madera, mientras que el mismo material en el deck delimita el espacio terraza alberca. El puente es un marco completo de madera a través del cual se ve el jardín desde el acceso. La alberca es de granito negro flameado, material que en conjunto con el agua da mucha profundidad y tonos naturales semejantes a los de un cenote. Este elemento es el último umbral entre la casa y la selva del sendero, es al mismo tiempo un espejo que refleja el telón vegetal.
La fachada principal es evidencia de la tensión que generan los dos ejes que se van abriendo hacia el fondo del terreno: es una ranura entre los dos volúmenes, uno blanco y otro de concreto entintado. La cubierta teje la volumetría y enmarca el acceso peatonal. Casa en Senderos es, en síntesis, la contención de un jardín endémico y un lugar compuesto de múltiples espacios de contemplación.
Proyecto: tescala
Etapa: proyecto
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